Relación entre Mujer y Tecnología
Mujer y Tecnología
“Hacer tecnología, lejos de ser neutral, refleja los planes, propósitos y valores de nuestra sociedad. Hacer tecnología es, sin duda, hacer política y, puesto que la política es un asunto de interés general, deberíamos de decidir qué tipo de tecnología deseamos.” [1]
La explicación de la exclusión de las mujeres en el campo de las ciencias y la tecnología se puede graficar en una cita de uno de los personajes históricos que mejor representa la conformación de la ciencia como disciplina metodológica y el consecuente desarrollo de la modernidad: Francis Bacon, filósofo y científico afirmaba en su Novum Organum: “La ciencia anterior –anterior al método- representaba sólo un descendiente femenino, pasivo, débil, expectante, pero ahora ha nacido un hijo masculino, activo, viril, generativo”. [2]
Sabemos que históricamente en el mundo occidental se ha construido una serie de asociaciones en torno a lo femenino y lo masculino que ha reducido a hombres y mujeres a ciertos patrones que se hacían pasar por universales y estables: racionalidad, fuerza, dominio, como características asociadas a los hombres; y debilidad, naturaleza, sentimentalismo asociado a las mujeres. Estos patrones han sido reforzados tanto por la literatura, el arte, la filosofía (Hegel, Shopenauer, Nietzsche) como por la propia actividad económica basada en la tecnología. La participación femenina en el ámbito científico-tecnológico históricamente ha sido escasa y por lo general vinculada a las labores más básicas y mecánicas dentro del aparato productivo.
Durante los años sesenta, y a la par de los movimientos de liberación femenina, el debate fue dirigido a promover la participación de las mujeres a través de la búsqueda de referentes femeninos que permitieran debilitar la imagen de la tecnología como una práctica exclusivamente masculina.
Diversas autoras feministas han querido mostrar una historia paralela que resituara el lugar de la mujer en el mundo técnico-científico, a fin de crear una suerte de genealogía silenciada por la historia androcéntrica. Se rescata la figura de Ada Byron (1815-1852)- quien creara el primer antecedente del actual ordenador, la “máquina analítica”o “máquina programadora”[3]-, como una pionera en el campo científico tecnológico, encabezando una suerte de historia invisible y paralela acerca de la relación entre mujeres y tecnología. La figura de Ada ha sido deificada en el último tiempo, inspirando el bautizo de colectivos artístico-tecnológicos y de las hijas de muchas feministas interesadas en la tecnología. Sin embargo, la instauración de un mito fundador en torno a una figura excepcional revela la ausencia de una continuidad que permita hilvanar un relato histórico no exento de metáforas.
“La mujer” por mucho tiempo no existió como actante histórico. No se nombra dentro del relato de la la ciencia, la tecnología, ni del arte, no porque no haya participado, sino más bien porque el paradigma que interpreta los acontecimientos excluye su enunciación. Así como en el campo artístico anterior al siglo XX se pueden rastrear casos excepcionales de mujeres artistas, en el campo científico y tecnológico también hubo algunos nombres que por mucho que respondieran al canon de lo que configuró una “historia de” estuvieron silenciados y aún hoy son poco conocidos [4].
La modernidad avanzó jerarquizando roles vinculados a la esfera económico-productiva y la división sexual del trabajo, por lo tanto omitiendo el relato y la importancia de actividades como el tejido, las prácticas agrícolas, la alquimia, el desarrollo de invenciones para el uso doméstico, etc. Por otro lado, algunas aportaciones desde la arqueología de género nos hacen observar cómo un relato histórico patriarcal ha permitido reforzar estereotipos que distanciarían a las mujeres de las labores técnicas que no tuvieran que ver con el ámbito doméstico. Encarna Sanahuja[5] proporciona el ejemplo del hallazgo de una herramienta específica en varias tumbas. Cuando ese utensilio se encontraba junto a restos de hombres, se decía que era un martillo, si era encontrada al lado de restos de mujeres, se decía que era un ‘mortero’ para moler alimentos.
Mujeres científico-tecnológas
La incorporación de las mujeres en el campo académico fue tardío e irregular. En España, en 1868 se abre el ingreso de mujeres a la universidad, pero con “el permiso de la autoridad competente” [6] y recién en 1910 será de libre acceso[7], después de varias décadas, en 1987, la Academia de Ciencias de admite a mujeres por primera vez ( María Cascales y Margarita Salas al año siguiente). A juicio de Cristina Justo Suárez, el problema no ha sido tanto la inexistencia de mujeres trabajando en los campos científico-tecnológicos como sí un problema de divulgación. [8]
Aún así, según estadísticas, existe una menor participación de mujeres capacitadas a nivel técnico-superior, menor creación de tecnología o diseño de hardware y software; y en términos cualitativos todavía se reproducen modelos sexistas en el contenido y diseño de medios comunicativos vinculados a grupos económicos poderosos.
En 2006 un estudio de la Universidad de Cambridge alertaba acerca de la disminución de mujeres en la enseñanza y la industria tecnológica, cuestión que el mismo estudio explicaba se debía a factores como la hostilidad de género en los ambientes académicos y laborales, menores sueldos, y presiones sociales que harían a las mujers volver al espacio familiar [9].
Hoy en día, a nivel mundial el porcentaje de mujeres obteniendo patentes por invenciones científicas o tecnológicas es dramáticamente menor que el de los hombres. Según un informe del 2009[10] en Estados Unidos, si bien la participación de mujeres en las carreras científicas e informáticas ha crecido paulatinamente, siguen siendo notoriamente más bajas la cantidad de patentes de invenciones científico-tecnológicas. El estudio de la National Center For Women and Information Technology reportaba que desde 1980 a 2005, aproximadamente sólo el 9% de las invenciones en el campo de las información y tecnología incluía a lo menos una mujer.
Asimismo, el porcentaje de mujeres trabajando en áreas tecnológicas se ha estancado en Estados Unidos en un 15%, y en España sólo un 6% de ingenieras en redes (la profesión mejor pagada en el contexto europeo).[11]
Por otro lado, también es relevante el tipo de desarrollos tecnológicos que se están creando. El estudio revelaba que las mujeres han inventado más disposititvos tecnológicos para el hogar, para el cuidado, particularmente de niños.
Podríamos rastrear fácilmente las razones de esta desigualdad, que van desde condicionamientos en el ámbito familiar: el estímulo por las ciencias y la tecnología generalmente es dirigido al niño, no a la niña; una infra-valoración de las técnicas que tradicionalmente han manejado las mujeres por estar vinculadas al ámbito doméstico, es decir fuera del aparato económico explícito; ausencia de referentes, que como en el caso de Ada Byron y una extensa lista estuvieron opacados por la historia y un léxico patriarcal (para el mundo iberoamericano al menos) que naturaliza muchas profesiones científico-tecnológicas con el sesgo masculino: ingeniero, médico, etc..
Asimismo, aunque parezca trivial, la profusión de chistes sexistas que cuestionan las competencias de las mujeres en el ámbito tecnológico, aduciendo que el entorno normal de la mujer ha de ser la vida doméstica es revelador de una sensibilidad social opresivo “Este tipo de chistes nos dicen mucho acerca de qué piensa la sociedad sobre la división sexual del trabajo, sobre qué somos las mujeres y qué son los hombres, quién debe utilizar la tecnología y quién no…” [12]
[1] González, M., López, J. y Luján, J., Ciencia, tecnología y sociedad, Madrid, Tecnos, 1996.[2] El Novum organum trata sobre la lógica del procedimiento y la metodología técnico-científica, una lógica contrapuesta a la aristotélica. Citado en SOLSONA PAIRÓ, Nuria. Mujeres científicas de todos los tiempos.Madrid,
Talasa, 1997, pp. 73-85.
[3] Las aportaciones de Ada Lovelace o de Ada Byron (su nombre de soltera) recién se hicieron conocidas cuando el Depto de Defensa de los EEUU decidió usar su nombre en 1979 para bautizar un nuevo lenguaje de programación. Referencia: Zafra, R. Netianas. N(h)acer mujer en Internet. Madrid, España. Editorial Lengua de Trapo. 2005.
[4] Desde la egipicia Merith Ptah (2700 ac.)Aglaonike, Teáno, en el mundo griego antiguo, Hipatia de Alejandría (370-415), las italiana Trotula de Salerno y Dorotea Buccacatúa, la alemana Hildegarda de Bingen, Roswita durante la edad media, la inglesa Margaret Cavendish, la alemana María Winckelman durante el siglo XVII, Emile Châtelet, Maria Sibylla, Caroline Herschel en el siglo XVIII y una extensa lista… (Referencia: 4000 años de mujeres en ciencias <http://
[5] Sanhuja, María Encarna. Cuerpos sexuados, objetos y prehistoria, Editorial Cátedra, Madrid (2002).
[6] (ministro de Instrucción Pública, Rector, padre o esposo).
[7] Gonzalez García y Perez Sedeño, 2002.
[8] Justo Suarez, Cristina. Feminismo y Nuevas Tecnologías. Conferencia impartida en Gijón el 23 de mayo de 2006, disponible en: http://www.comadresfeministas.com/publicaciones/enlaweb/cjusto.pdf
[9] Molist, Mercè Cambridge denuncia la ‘hostilidad’ hacia las mujeres en el sector tecnológico, publicado en El País, 20/07/2006
[10] Sue V. Rosser The Gender Gap in Patenting: Is Technology Transfer a Feminist Issue? NWSA Journal, Volume 21, Number 2, Summer 2009
[11] Estudio Cualitativo, Código Lela. <http://www.donestech.net/ca/estudio_cualitativo_codigolela_donestech>
[12] Justo Suarez, C. Op Cit.